sábado, 1 de abril de 2017

'Yesterday' The Beatles, en bucle

Visto desde fuera nadie sabría explicar quién acciona el mecanismo de sus cabezas.
Noche cerrada.
Madrugada en Compostela y los estudiantes han decidido adelantar la fiesta. Un día menos.
Se acerca abril y el hielo ha decidido dar tregua a las ganas.
Desde la calle se aprecian sólo las luces de aquellos que se acostarán por la mañana.
Los que le dan al vicio y se les vienen abajo todos los esquemas antes del fin de semana.

De entre todas las calles. Una.
No es larga, ni bonita, pero si céntrica.
Una que alberga otra de tantas viviendas en las que se mascan sur y primavera.

Las voces vuelan demasiado altas para conocerse.
La música, por debajo de las expectativas
y dos de casualidad que juegan a verse de cerca.
'Quién, cómo y de dónde has salido tú.
Que haces que no hablas.'
Lo suficiente para contar media vida entre suspiros.

Miradas ajenas que se empeñan en opinar ya tienen veredicto,
y un 'Sí. Adelante' se abre paso entre las patas de las sillas.
Aprueban la elección y ella sigue atropellándolo con sus palabras.
Teme que si frena, la conversación se vaya.

Pero no sabe que él se siente como pez en el agua.
Le parece más bonita cada palabra que recalca,
y le gusta eso de no saber a dónde lleva ni lo que pasa.
Siempre ha vivido la noche sin planes,
dejándose llevar por la lluvia-
Lluvia que esta noche no aparece, y por eso está tan perdido.

Se gustan.
No piensan en complicarse.
Se han gustado desde que se han visto y más ahora que se están descubriendo  en palabras.

Ella canta y él pone las canciones.
Y sin saberlo, la suya.
Ella se emociona pero sabe disimular.
Se pregunta cuántas veces la habrá escuchado en el silencio de su alcoba.

Va pasando la noche.
Y todas las vidas del piso de sur y primavera se trasladan a la oscuridad.
Cientos de personas metidas entre paredes negras.
Alcohol en vena y algo de música para todo tipo de problemas.
Se adivinan la silueta gracias a tímidas bombillas de colores.
Y cerveza tras otra, él la saca a bailar.
Y sabe cómo. Y no se pierde un detalle.
Pero se pierde.
Llegan otras vidas. Todas las inseguridades, todos los qué diran.
Se lo llevan a ninguna parte.

Y las ilusiones se desvanecen y ellos se quedan con la idea de querer.


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