martes, 18 de abril de 2017

Nos da miedo ser nosotros



Ahora que vivir en pareja tiene fecha de caducidad. Que lo máximo que se dura juntos es una infancia. Que no nos esforzamos en arreglar las cosas.
Ahora, tenemos que reaccionar.

Llegó el momento de abrir los ojos.


Tengo una teoría.

Creo que ya no aguantamos vivir en pareja porque no nos aguantamos ni a nosotros mismos- menos aguantaremos a alguien que nos comparta una rutina.
Porque no terminamos de sentirnos a gusto con nosotros mismos.
E intento vagar por mi cabeza, adivinar el momento que hizo que la ficción superase a la realidad.
Adivinar cuando cambiamos los abrazos por el mundo virtual, y las experiencias por el sofá de casa.

Hace poco leí que todo esto ha pasado porque nos da miedo ser nosotros.
Cómo vamos a terminar saliendo adelante si no sabemos quedarnos solos con nuestro interior.
¿Cuándo nos cogimos miedo?

Como corroboran los últimos estudios, sentimos la necesidad de cariño virtual por no escuchar las voces de nuestras cabezas. Nos han enseñado a anular nuestros pensamientos.
Un relleno que llena nuestra vida dejándola paradójicamente vacía de nosotros.
Y detrás de este relleno está la ansiedad por querer saber más, y el deseo frenético de ‘compartir’.

Ha llegado un punto de muy difícil retorno.

Somos esclavos de las tecnologías.

Si no nos contestan en milésimas de segundos, están enfadados con nosotros. Si llevamos días sin hablar, ya nos olvidaron. Si nos quedamos sin batería, nos aburrimos. Si no tenemos conexión, la vida es una mierda. Si no compartimos momento, hora y lugar de nuestro día a día, no estamos vivos. Si se nos rompe el móvil, la culpa la tienen los de nuestro alrededor y se lo hacemos pagar con malas caras y modos.

Las máquinas controlan nuestros actos, nos supeditan a vivir la vida de los demás tras una pantalla, nos despiertan antes de que amanezca, o de madrugada si cometemos la estupidez de no ponerlas en silencio.

No condicionan los lugares a visitar: Que tenga enchufes, que haya wifi, que sin cobertura me muero, que necesito la mejor cámara para enseñarle al mundo lo bien que va todo-cuando la realidad es bien distinta.

La realidad es que somos personas inmensas en su soledad pidiendo a un mundo hostil una pizca de cariño.
Un cariño que no llega porque cada cual está ocupado en seguir presumiendo de vida.


Ya lo andan diciendo con eso de ‘las máquinas dominarán el mundo’.
Un momento. No es futuro.
No maquillemos también los verbos
(Volvamos a la nueva creencia de nada es lo que parece. Y las apariencias son lo verdaderamente importante. No quiero ser como soy, quiero ser como el resto.)

Ya lo hacen.
Las máquinas nos dominan- pero he descubierto que sólo hasta donde nosotros estamos dispuestos a dejarles.

Quizá el problema resida en que nos hemos olvidado de vivir la vida.
Y hemos concedido a las máquinas del demonio el beneficio de la duda, que desbanquen a la raza humana.



(Joaquin Phoenix- 'Her')




No hay comentarios: