sábado, 30 de mayo de 2015

Peligro de extinción

Mientras yo no estudio más que las palabras de lo que te corre por dentro tú intentas no dejar de saltar, no caer al vacío, curarte del todo.
Mientras no esté todo perdido y aún quede esperanza en color y en forma, sabré que estás vivo, por muchos kilómetros que nos separe la vida, por muchas veces que caigamos o que queramos perder la sonrisa, por mucho que falte o por tanto que sobre.
Que no hago más que recorrer pilas y pilas de palabras sin sentido y entre tanto, tú te debates entre la soledad y la oscuridad, sin saber todas las manos que están detrás de ti para no dejarte caer, mientras creas que se te va el alma.
Sí que puedes, tú lo sabes y lo sabemos todos.
Ahora ha tocado saltar más baches de la cuenta, correr más lento- quizás por pereza- y no ver el final del momento en que todo termine bien. Y la felicidad sea capaz de recibirnos con los brazos abiertos.
Todo lo que te recorre, cada rincón de tu efímera existencia tiene nombre de mujer, no se rinde nunca espera y es fuerte sin tan siquiera saber querer.
Esto es para que cada mañana sigas abriendo los ojos, para que tu corazón continúe el latido que te mantiene, para que la vida en vez de cerrar tus dos ojos sólo te guiñe uno con una sonrisa.



(James Franco)

lunes, 18 de mayo de 2015

Olvida que todo tiene sentido

Y cuando falta y nada sobra. Cuando se te ha borrado la sonrisa casi del todo, pero siguen quedando ganas como rescoldos de una hoguera de san Juan medio apagada. Cuando el aroma ya no llega y no se ilumina tu mirada. Cuando echas de menos, demasiado, mucho, tanto que hasta duele al respirar y te callas.
Millones de minutos de silencio por cada soledad sin compartir, por cada rincón en la oscuridad en el que te miras a un espejo vacío y se te ha olvidado la silueta de tu propio rostro, pero no del suyo.
De lejos te ha parecido volver a escuchar el sonido de las olas romper contra el vendaval furioso que arreciaba ayer la costa. Pero no era mas que las alas de tu curiosa imaginación que decidieron volar lejos.
Fuera, en la calle, los imberbes ya no se esconden, hay ladrones de sonrisas apostados el cada boca de metro y artistas callejeros de solo buscan encontrar a su princesa. Sin embargo, entre tanta complejidad se encuentra la belleza mas sencilla.
Sigues jugando a adivinar su sombra, a ganar en la partida ese as de corazones para tener un repuesto del que te robaron de madrugada.
Dejas a un lado el ruido y te concentras en el blanco. Cerca ves a dos imbéciles que se desgastan las ganas con los labios porque aún siguen creyendo que eso que late es amor. Rojo pasión.
Sigues esperando un tren que te lleve de vuelta a la comisura de su sonrisa y creer de nuevo que un sueño está para perseguirlo.
Sigues necesitando que el tiempo venga y te abrace por la espalda para apoyar su mejilla en el perfecto ángulo que forman tu cabeza y tu hombro. Llueve mucho desde que ese ángulo suspira vacío y las aguas se desvían de su cauce.



sábado, 9 de mayo de 2015

Así de tú

Desde la otra ventana del mundo y sabiendo que ni vas a leerme,
esta noche quiero gritar alto cuánto te quiero.

No es algo que haya surgido de un día,
no es un cariño sin bases ni fundamentos. 
Es un sentimiento que viene de lejos:
De entre las tierras de oriente y los más tempestuosos océanos.
Un cariño que trajo una noche de verano y que, aquí y ahora,
confieso mi deseo de que supere al infinito.

Me he propuesto describirte;
Lo que veo a la par de lo que llevas dentro.
Y he de decir que me siento completamente incapaz
sin que mi corazón se atreva a latir a más decibelios de la cuenta,
sin que las comisuras de mis labios se eleven a las nubes.

Aún te recuerdo al salir de entre las olas, bajo las estrellas. 
Aún recuerdo tus abrazos. 
Son de los que se quedan, sin remedio, anclados en mi pecho. 
Aún recuerdo la complicidad de nuestra mirada al recordar
recordar una hazaña tras otra,
o los múltiples bailes que disfruté con tu mano sobre mi cintura.
Aún nos recuerdo cantando nuestra canción con el brillo en la mirada.

No me atrevo a decirte toda esta verdad mirándote a los ojos
por miedo a que no la compartas, y vueles lejos.
Lejos de mi lado, más de lo que nos separa ahora.

Sé que eres mi rincón favorito de Madrid, mi isla desierta del pacífico
o sin duda alguna, mi noche Compostelana bajo la lluvia.
No me pidas explicaciones ni porqués, es como lo siento. Así.
Eres el que me saca a bailar cuando mis pies ya no pueden,
el que me susurra al oído todo lo que quiero escuchar para después cantarme la verdad entre risas- Eres mi canción y mi estación favorita del año,
mi helado a orillas del mar azul.

Eres el secreto mejor guardado de mi corazón.


a Él.




martes, 5 de mayo de 2015

Si quieres me olvido de todo, solo tienes que pedirlo

Pensaba que no era así pero, aun paso las madrugadas mirándote furtivamente a los ojos, esos de cristalino silencio que tanto echo de menos cada noche.
Vuelvo a mirarte y pienso que pude haber echo mal, me pregunto sin ceder porque no fui capaz de retenerte a mi lado, por qué me rendí tan fácilmente.
Y es que el peso del tiempo, el peso de los años y de los kilómetros mal repartidos no han sido capaz de borrarte de mis recuerdos.
En cada letra de canción, en cada acorde de guitarra me aguarda un recuerdo compartido con el que fuiste, conmigo.
No pasa un día, un efímero segundo sin que me pregunte por qué. ¿Tan difícil era amar sin medidas? ¿Dejar a un lado los prejuicios? ¿Ser feliz?
No era difícil, aunque tampoco sencillo.
Cada mañana, al despertar, con tu sonrisa mirándome desde el marco de una foto vieja guardada a tradición, me pregunto si serás feliz con ella.
Y no me malinterpretes, no quiero otra cosa que ver cumplido mi sueño, pero también me hubiera gustado ser yo la que te diera los buenos días, la que se olvidara del teléfono solo por pasar la tarde contigo, la que siguiera escribiendo cartas por el placer de que las leyeras con una sonrisa en los labios. Quisiera haber sido yo.
Ha pasado el tiempo, pero no las ganas.
Confiando que algún rayo de sol le de por entrar por mi ventana, sonrío, no es hora de pensar. Se acabó. Toca vivir.
Vivir con la esperanza de verme reflejada bajo tus pestañas.